LOS INMIGRANTES Y EL ARTE
Los inmigrantes europeos realizaron importantes aportes a nuestra cultura. Al establecerse en nuestro suelo lograron formar una familia. Fueron transmitiéndole a sus descendientes algunas costumbres que luego se entremezclaron con las ya existentes en este nuevo sitio de residencia.
No llegaron como turistas, sino que vinieron a trabajar largas jornadas, en las actividades en las que se sentían idóneos. Muchos trajeron herramientas para continuar dedicándose a los oficios aprendidos en su tierra natal. Algunos empleadores se aprovechaban de la necesidad de trabajo de estos nuevos habitantes, a quienes hacían realizar tareas desdeñadas por los empleados locales y con una escasa paga a cambio.
Por estos extranjeros esperanzados en ser aceptados en esta patria lejana, este territorio fue poblándose de gente trabajadora y creativa, que en sus manos fue modelando una sociedad más tecnificada y diversa.
En este trabajo vamos a incursionar en la familia de unos inmigrantes montevideanos llegados de España. Aquí se establecieron y tuvieron un hijo que resultó ser un destacado artista plástico. Conoceremos la vida y obra de Rafael Barradas, cuya obra y técnica continúa siendo apreciada por las nuevas generaciones.
UN HIJO DE INMIGRANTES
El pintor Rafael Pérez Jiménez, firmaba en realidad sus cuadros como Rafael Barradas, que era el segundo apellido de su padre. El gusto por la pintura lo heredaría de su progenitor, a quien pudo superar ampliamente en destreza y profesionalismo. Pensaba que el dibujo y la pintura nacían de la inspiración del autor, por lo que no consideraba necesario estudiar pintura en forma sistemática, en el taller de otro pintor de renombre para poder desarrollarse. Desde muy pequeño comenzó a dibujar.
En sus inicios produjo caricaturas e ilustraciones para periódicos, que fueron decisivos para sus trabajos posteriores. Se desempeñó como ilustrador en periódicos y revistas de Montevideo (La Semana, Bohemia y La Pluma) y Buenos Aires (La Razón y Última Hora).
En 1913 fundó la revista satírica El Monigote, y poco después, cuando tenía 23 años, viajó a Europa, radicándose en España. También estuvo en Francia, Suiza e Italia. Vivió un tiempo en ese último país, en donde creó una variante de la corriente futurista, dando lugar al surgimiento del llamado “vibracionismo”. Nuevamente en España, estableció un fuerte vínculo con Joaquín Torres García, con quien compartió aspectos importantes de su técnica. Juntos expusieron algunas de sus obras en la Galería Dalmau de la ciudad de Barcelona.
En 1920, durante su estancia en Madrid, conoció a intelectuales como Luis Buñuel, Salvador Dalí y Federico García Lorca, además de convertirse en el director artístico de la revista Alfar. También en la capital de España realizó escenografías y carteles para el Teatro Eslava. Ahí conoció a Martínez Sierra, director entonces de ese teatro, quien le encargó los figurines para la importante obra:”El maleficio de la mariposa”, de García Lorca. Fue el principio de una entrañable amistad con el famoso escritor español.
Benjamín Jarnés, Humberto Pérez de la Ossa, Luis Buñuel, Rafael Barradas y Federico García Lorca. Madrid, 1927-
En 1926 se trasladó a Hospitalet del Llobregat, cerca de Barcelona, sitio en el que pintó un conjunto de óleos sobre temas bíblicos y la serie de Estampones montevideanos, recuerdos del Montevideo de su juventud. Realizó numerosas exposiciones individuales en España, principalmente en Barcelona y Madrid. Fue un destacado caricaturista, ilustrador de libros y escenógrafo. Su serie de pinturas de tipos populares, llamada:” Los magníficos”, representa a hombres de los cafés, marineros vascos de San Juan de Luz o de otros sitios de la costa española, molineros de Aragón, sacerdotes y campesinos.Retornó a Montevideo gravemente enfermo y murió pocos meses después.
CONOCER HECHOS, DISFRUTAR DE TESTIMONIOS
Previo al trabajo con algunas copias de reproducciones de las obras de este pintor, es importante que les presentemos datos biográficos a los alumnos en forma de narración. A modo de cuento iremos narrando las dificultades de su niñez, en el seno de una numerosa familia de inmigrantes, de seis hijos. En medio de trabajo y sacrificio, la herencia del gusto por la pintura y el manejo de pinceles por parte su padre.
Rafael, un joven soñador, que decidió viajar para mejorar los trazos de los dibujos y caricaturas que realizaba desde muy pequeño. En ese entonces, Europa daba la bienvenida a artistas de distintas nacionalidades, todos ellos con mucho talento pero sin medios para triunfar. La posibilidad de conocer a personalidades de la época permitieron que Barradas pudiese ampliar sus conocimientos, mejorar sus prácticas y encontrar su propia técnica. Rodearse de arte, en la tierra que dio vida a sus padres, le brindó la posibilidad de vivir de lo que más anhelaba: el dibujo y la pintura.
Como ya acostumbraba hacer en los cafés montevideanos del 900, Barradas también dibujaba y pintaba en las mesas de los pintorescos bares madrileños, que eran como su propia casa.
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Y así continuó transcurriendo el tiempo en lejanas tierras. De hijo de inmigrantes pasó a ser un emigrante en la cuna de sus progenitores. Pero siempre mantuvo el recuerdo de su patria a la que extrañaba hasta que decidió volver. Se sabe que llegó con casi todos sus cuadros, en una actitud de rebeldía, tan pobre como se había marchado. Regresó a Montevideo muy enfermo, en el año 1928 y pocos meses después, en febrero de 1929 falleció.
APRECIANDO SU OBRA
Luego de trabajar con datos biográficos y observar algunas obras de este autor vamos a analizar su estilo. Profundizaremos la observación de pinturas usando las Xo del Plan Ceibal. A través de un recorrido virtual, haremos una salida didáctica al Museo Nacional de Artes Visuales. Con la actividad “navegar” ingresaremos al siguiente sitio Web: www.mnav.gub.uy
Allí seleccionaremos la opción: “artistas” que aparece en el sector izquierdo de la página principal y cliquearemos en el nombre del pintor que estamos conociendo.
Una vez en esa página será posible ir seleccionando cada una de las cuatro obras que aparecen. Al hacerlo podremos ampliarlas y analizar sus características principales. Ellas son:
Los emigrantes, 1912Oleo sobre tela, 122 x 140 cm.
García Lorca y otro, ca.1920 Oleo sobre tabla, 47 x 64 cm.
Hombre en la taberna, 1922Oleo sobre tela, 106 x 82 cm.
Molinero aragonés, ca.1924Oleo sobre tela, 117 x 73 cm.
Haremos notar a los alumnos, que estas obras pictóricas se encuentran en exhibición en ese museo, emplazado en la ciudad de Montevideo, muy cerca del Parque Rodó. Todos ellos son óleos (pinturas al aceite), cuyos títulos aparecen escritos al lado del año en que fueron realizados. Los números que aparecen debajo representan las medidas reales de esas pinturas, el largo y el ancho de cada una.
LOS EMIGRANTES
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